Ángel, ¿eres tú? Quizás la exposición pueda entenderse como una historia enmarcada dentro de otra historia, como un juego formal que tiene como objetivo entender las construcciones culturales como eminentemente espaciales: constituidas a través de espacios y como espacios. Al igual que en oportunidades anteriores, el ar tista combina diferentes elementos de trabajos anteriores para crear conjuntos abstractos con un alto potencial lírico. Por lo tanto, los trabajos pueden leerse como unidades abstractas independientes; o más bien como claves para desentrañar una historia que no se puede reconocer en primera instancia.
Un ejemplo claro son las imágenes que abren la exposición en el primer piso, Sin título (2012), razones por las que una nueva serie aún está en proceso. Estos ensayos fotográficos son el resultado del azar : productos tangenciales de un viaje realizado por el ar tista a las montañas. de Perú Estas son fotos precisas de detalles en el camino que va desde la ciudad de Chupaca, hasta las entradas de Huancayo, cruzando Chaquicocha y Yauyos para culminar en la costa de la ciudad de Cañete. La luz intensa en la superficie del camino acentúa las texturas que se asemejan a meticulosos dibujos abstractos. Es, sobre todo, el registro de las marcas dejadas por la disposición constante de la carretera, un tramo en reparación permanente debido, no solo al transporte constante de los habitantes de las comunidades que cruza esta carretera, sino sobre todo a que constituye una ruta de entrada a diversos esfuerzos mineros en el área. Este mantenimiento de la ruta implica la transformación perpetua de su morfología: las huellas en el territorio nos hablan de un intercambio económico sostenido, pero la figura del parche también nos remite a la idea de la solución meramente dérmica o superficial de algo que exige nuestra atención. Sin embargo, más allá de las referencias concretas a la realidad social del área, las intervenciones en el camino nos recuerdan una tarea infinita: tanto para los trabajadores a cargo de su intervención, aquellos que trabajan de este a oeste, solo para comenzar de nuevo una vez que fin -como para el mismo artista, que durante el lapso de un par de semanas fue a registrar cambios en una obra obsesiva sin un propósito específico, como demarcar la búsqueda misma. Dispuestos sin apretar en las paredes de la galería, estos fragmentos de pistas, abstractos diagonales texturizados de diferentes tamaños, apuntan en diferentes direcciones, generando una tensión en la habitación que coincide con la direccionalidad de su motivo, creando desorientación, suspensión.
En el espacio más pequeño de la escalera que conecta la primera y la segunda galería, Zink Yi coloca una sola imagen tomada en la ciudad de La Habana. En Cuatro caminos (2011) hay una puerta que revela otros espacios que se abren.Es una fotografía tomada en el umbral de una puerta que da al espacio entre cuatro puer tas o caminos posibles. Su ubicación en este espacio de transición no es accidental, por el contrario, se convier te en una especie de agua par te de la narrativa que abre el camino a una segunda etapa de la exposición. En el segundo piso de la galería, el artista ha intervenido directamente en las paredes produciendo diferentes elementos geométricos con cemento esmerilado. Los relieves, que recuerdan extraños adornos urbanos, por un lado se refieren a las representaciones que se encuentran al comienzo de la exposición, pero a su vez, gracias a su geometría regular, se ven como su reverso.
Como complemento de esta intervención en las paredes, el artista incorpora otras dos piezas que completan el círculo. Por un lado, ubicado entre las paredes, el video Pulsar PG-520 (2012) nos muestra una panorámica a través de un bosque de eucaliptos. Usando un estabilizador de cámara y de una sola vez, el artista camina entre los árboles que rodean a algunos de ellos. El video está desenfocado, com