La obra representa la mariposa como un jardín en movimiento, símbolo del florecimiento interior y de la
conexión entre lo terrenal y lo espiritual. El fondo en tonos tierra evoca las raíces, la estabilidad y la
naturaleza, mientras que el blanco que bordea la mariposa la dota de luminosidad y pureza. En sus
alas, los motivos florales conviven con formas orgánicas y coloridas, recordándonos que en cada ser
habita un jardín secreto. “Alas que Florecen” celebra la abundancia de la vida y la capacidad de
renacer en belleza y plenitud.
La obra representa la mariposa como un jardín en movimiento, símbolo del florecimiento interior y de la
conexión entre lo terrenal y lo espiritual. El fondo en tonos tierra evoca las raíces, la estabilidad y la
naturaleza, mientras que el blanco que bordea la mariposa la dota de luminosidad y pureza. En sus
alas, los motivos florales conviven con formas orgánicas y coloridas, recordándonos que en cada ser
habita un jardín secreto. “Alas que Florecen” celebra la abundancia de la vida y la capacidad de
renacer en belleza y plenitud.