En la obra de Victoria Wendish hay un modus operandi reconocible que impregna todo el trabajo de la artista, articulado en estrategias creativas que difieren sutilmente, pero claramente relacionadas. El método más frecuente es la combinación de algunos materiales que se agotan por completo en un largo proceso articulado. Las diferentes series que ha realizado hasta ahora le llevan a potenciales infinitos en esta forma de mirar el mundo, a la vez que provocan incertidumbre respecto al lugar donde se ubica la obra. Ciertamente, la obra no puede considerarse una escultura en el sentido convencional del término, ya que los objetos solo se muestran en sus imágenes fotografiadas.