Yo y mi circunstancia
Estábamos parados ella y yo en un cuarto blanco sin ventanas.
-Ella me preguntó: ¿quién eres?
-Soy lo que hago, con lo que han hecho de mí -contesté.
-¿Qué quieres? -me dijo con tono fuerte.
-Me aqueja no tener todas las respuestas -contesté convaleciente.
-Busca el remedio en alguno de los cajones que hay en tu corazón -murmuró.
Un silencio profundo nos envolvió…
Cuando desperté, encontré en la mesa de la cocina una bolsa con distintos medicamentos, dentro había también una receta a mi nombre y la orden médica establecía:
“Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo”.
MOJO