Cruce de Caminos - Diego Canogar
Siempre fiel a mí mismo, indago en la esencia virtual de las superficies que definen los objetos. Me gusta dibujar en tres dimensiones con tubos, chapas y varillas metálicas que retuerzo, doblo y sueldo para construir las piezas de mi microcosmos.
La geometría y la naturaleza son un filón inagotable de esquemas atemporales que poder representar. Esferas y cubos por un lado y por el otro, rocas, olas del mar, algas y burbujas, en diferentes configuraciones sean quizás mis temas más recurrentes, buscando la manera de plasmarlos de la forma más sencilla posible utilizando casi siempre el hierro. Pero poco a poco voy experimentando con el bronce a partir de modelos diseñados e impresos en 3D por mi mismo. Doy protagonismo absoluto al aire que envuelve y circula por los volúmenes y la relación del espacio vacío real o simulado, dentro y fuera de la pieza. Esculturas que son como dibujos o brochazos en tres dimensiones, que necesitan de un buen contraste con la pared de fondo que hace las veces de enorme hoja de papel.
Me apasiona mostrar el dentro y el afuera a la vez. Cambiar la escala, fijarme en objetos diminutos y descubrir cómo se forman. Mantener la curiosidad de un niño y el rigor de un ingeniero, porque no solo basta pensar que deseas hacer algo, la otra mitad de la diversión es figurarte cómo hacerlo.
En ocasiones incorporo la luz como elemento activo en mis piezas, pero en casi todos los casos, el metal define los contornos que la luz acaricia y las sombras enriquecen.
Diego Canogar