La imagen del bosque arrasado de Montecino es el fin del paisaje, en tanto género idealizado, desde el momento en que lo niega como tradición meramente estética, y lo que aquí plantea muestra la desolación tras la quema, un horizonte en cenizas.
La imagen del bosque arrasado de Montecino es el fin del paisaje, en tanto género idealizado, desde el momento en que lo niega como tradición meramente estética, y lo que aquí plantea muestra la desolación tras la quema, un horizonte en cenizas.