«Sera» (tarde, en italiano) - representación simbólica del final del día, al igual que el otoño marca el final del año
"Equinoccio de otoño" ofrece una reflexión visual sobre el ciclo de la naturaleza y nuestra conexión, a menudo inconsciente, con ella. El equinoccio de otoño marca un momento de perfecto equilibrio entre la luz y la oscuridad, entre lo masculino y lo femenino, un instante en el que el día y la noche se equilibran antes de que el mundo natural comience su transición hacia la sombra.
En estas obras, el rojo vivo, que sólo aparece en algunos detalles, se contrapone a una paleta de colores más apagada y desaturada, dominada por tonos grises, blancos y negros. Son obras que, manteniendo la abstracción típica del artista, evocan una sensación de espera, reflejada en los colores y formas utilizados.
Estos colores, que para 108 evocan elegancia, confort y paz, reflejan la transición otoñal, en la que los tonos vibrantes del verano dan paso a una delicadeza cromática más suave e introspectiva.
El negro, elemento indispensable en la obra de 108, sigue representando un pilar fundamental, símbolo de la introspección y de esa parte menos visible y más profunda del ser. Para el artista, este es el color que mejor transmite la fuerza y el impacto necesarios para expresar la complejidad de su visión artística.
Su creación artística está íntimamente ligada a la música, y a las matemáticas, con un proceso creativo que recuerda a la composición musical, donde cada pincelada es una nota, y cada cuadro se desarrolla como una melodía. Esta mezcla de música y pintura transforma cada exposición en un ritual, una celebración de los ciclos naturales y las estaciones, un intento de acercar al hombre moderno a esas fuerzas primordiales de las que lamentablemente se ha alejado.