Obra bidimensional de formato rectangular y disposición vertical en la que se representa una silla Luis XVI cuyo respaldo sirve de marco para el retrato de una niña en primer plano. Destaca sobre un fondo blanco con topos negros.
La pintura tiene un motivo central pintado con óleo y laca sobre textil industrial estampado con una trama de puntos pequeños alineados. El motivo central está realizado con pintura al óleo aplicada con impastos y esfumados opacos. Se ha empleado una gama de ocres y marrones cálidos, que coinciden con el uso de luces y sombras, respectivamente. Finalmente se ha aplicado con chorretones y veladuras una capa translúcida de laca rojiza