Obra bidimensional de formato rectangular y disposición vertical que representa una naturaleza muerta. Se trata de una cafetera italiana con la tapa abierta y llena de café vista desde un plano cenital, aludiendo al plano subjetivo cotidiano cuando se abre la cafetera a comprobar que el café ya ha salido. Dicha composición se presenta centralizada en torno al octógono irregular que forma la propia cafetera vista desde arriba y bordeada por el rojo propio de los quemadores de la vitrocerámica en pleno estado de cocción.
La pintura está realizada principalmente con esfumados aplicados de distinta forma. En primer lugar, esto se puede apreciar en el café , con trazos rápidos cortos en combinación con capas de veladuras. En segundo lugar, el fondo y la estructura de la cafetera está realizada con esfumados superpuestos, fundiendo parcialmente los colores. Por último hay un uso de las manchas opacas con el contorno definido, como el borde la cafetera o el círculo rojo.