Obra bidimensional de forma rectangular y disposición vertical que representa un murciélago gritando en mitad de la noche. El murciélgo destaca en el centro y gran parte inferior de la composición, donde se ha querido resaltar su rostro con los ojos arcaicos y la boca bien abierta enseñando los afilados dientes, su nariz de pliegues y sus grandes y picudas orejas, casi tan grandes como sus pequeñas alas menbranosas de tonos negros. Vuela sobre un fondo con decoración romboidal que recuerda las redes de tela metálica propias de las vallas rurales en diferentes tonalidades tras el murciélago de tonos oscuros, pero de mirada bien blanca y expresiva. En torno a su figura se puede leer: "Nada sabe de estrellas el señor murciélago".
La figura del murciélago está resuelta con esfumados dados con pincel tipo lengua de gato y con trazos rápidos. Existe un contraste entre las líneas marcadas negras del dibujo y los trazos en blanco de los ojos. La mitad superior del fondo está hecha con esfumados, superposición de manchas opacas y manchas semitransparentes mediante veladuras. Hay zonas con trazos irregulares esgrafiados con una herramienta fina. Toda la composición presenta chorreteros, provocados por aplicar la pintura muy diluida. Por último se ha utilizado tinta aplicada con rotulador fino para las líneas de dibujo de los ojos.