Obra bidimensional de formato rectangular y disposición horizontal en la que se representa una escena de carácter simbólico donde se observa en la parte izquierda un desnudo femenino sobre una cama de rodillas con el rostro cubierto por el pelo, y en la zona derecha un primer plano de un rostro masculino que grita. La unión entre las dos figuras la encontramos en la representación de un cristal roto en la zona superior.
La obra se ha realizado mediante lápiz de grafito, utilizado muy suavemente de manera que queda difuminado, casi sin marcas de los trazos. Para las zonas más oscuras se ha utilizado la superposición de capas hasta conseguir el negro del grafito. Para las zonas iluminadas se ha utilizado el fondo blanco de la imprimación del soporte.