Obra bidimensional de formato rectangular y disposición horizontal en la que se representa una figura masculina sentada en el último asiento de una guagua. El centro del cuadro lo ocupa el cristal trasera de la guagua, el pasillo y los asientos, se coloca a un joven, vestido con sudadera de capucha blanca en la zona izquierda de la obra. El autor dirige la mirada del espectador hacia la figura humana mediante el uso del color y la luz.
La técnica utilizada presenta bastante textura en su aplicación por la cantidad de carga utilizada por zonas. La obra se conforma mediante pinceladas gruesas y rápidas creando diferentes fundidos de color en las tonalidades utilizadas, azules y violetas para el fondo; verdes y marrones para los asientos y tonos claros para la figura. Destaca la utilización de chorreteados de forma generalizada, siendo más notable en las facciones de la figura representada.