Díptico de formato rectangular en el que se representa un paisaje natural dominado por una pequeña formación rocosa que ocupa todo el centro de la composición. Sobre ella se observan varias botellas de plástico y como nace la hierba desde el interior. Al fondo un paisaje muy difuminado y lo que parece un camino o carretera.
La obra está realizada mayoritariamente con fundidos, para las grandes masas de color y en menor medida, con esfumados e impastos para las líneas de dibujo y algunos detalles. Los fundidos están trabajados con pinceladas largas que siguen el volumen de las formas representadas. En algunos casos la pintura no se llega a fundir totalmente sino que queda a modo de mancha superpuesta. Las líneas negras y verdes de dibujo están dadas con pinceles finos de punta recta y redonda respectivamente.