HOMO LUDENS. Colectiva de

«La madurez del hombre es haberse reencontrado, de grande, con la seriedad que de niño tenía al jugar.» Friederich Nietzsche, Más allá del bien y el mal, 1886. Este texto surge con el propósito de acompañar al lector, a pensar al juguete como una herramienta que más allá de servir al infante durante sus largas horas de juego, cumple con una función importantísima dentro de nuestra sociedad. El juguete es todo aquello que nos sirve para experimentar situaciones donde lo real e irreal convergen y en donde la frontera de las mismas se difumina a un grado tan alto, que es imposible entender donde comienza una y termina la otra. Así es que, el objeto (qué puede ser desde un muñeco hasta una ramita de árbol), es empleado para que el HOMO LUDENS desarrolle una parte esencial a lo largo de su vida. Johan Huizinga define al HOMO LUDENS como un estado evolutivo del humano que se caracteriza por interactuar con su entorno por medio del Juego y el acto lúdico, es decir que a lo largo de su vida el juego se convierte no en un despropósito, sino que por el contrario, es una parte vital de su desarrollo.