Lo que se puede decir de esta obra es más bien conciso. Los cuatro obeliscos realmente son cuatros secciones planas longitudinales de uno solo. Estas cuatro siluetas están, a su vez, cortadas transversalmente en cuatro fragmentos, tres de ellos proporcionales entre sí y un cuarto, que incluye el remate triangular, a modo de resto. Se disponen agrupadas por tamaños, solapadas y alternas (una pieza hacia arriba, otra hacia abajo), formando una especie de muro de línea quebrada en planta y altura descendente. Lo que era simple, masivo y vertical (el obelisco) se ha hecho plano, extenso, sinuoso, complejo…