Título de la obra: “…amor vengo del futuro, tu estabas ahí, el río no...”
“Éstas son las últimas cosas —escribía ella—. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo” ... “Éstas son las últimas cosas. Una casa está aquí un día y al siguiente desaparece…, Incluso el clima cambia de forma continua” … Paul Auster – fragmento de “El país de las últimas cosas”.
La novela cuenta la historia de una mujer que busca a su hermano en un país que se está desintegrando. Se desintegra en medio de un caos total desde lo económico, desde lo social y climático.
Estos dibujos pretenden ser fotografías. Imágenes que creen documentar “el país de las últimas cosas”, el ocaso de un mundo, un pueblo, una civilización como los Maya en Yucatán y a otras en otros lugares distantes ya sea en el espacio o el tiempo.
Inspirado en la obra de los fotógrafos Bernd y Hilla becher, imagino ser un espectador, un “fotógrafo”, que realiza estos registros fotográficos de estructuras fabriles como un símbolo de dominación de un sistema de producción y de extracción, que arrasa con toda materia vital, generando un paisaje, un suelo sin vida, estéril, en el que alguna vez hubo vida.