Paisaje natural que se corresponde con las Cañadas del Teide. Al fondo de la composición se halla el volcán nevado en su pico y delante el paisaje rocoso, todo ello reflejado en un charco en el centro de la composición, generando así un efecto espejo del paisaje.
El cielo y su reflejo está realizado con difuminados azules y blancos. La montaña con pinceladas cortas en tonalidades ocres y verdes, sobre esta impastos, a espátula, en color blanco. Las piedras a la derecha en tonalidades ocres y blancos también aplicadas mediante impastos. Bajo estas, en tonalidades verdes y tierra, aparecen plantas hechas con pinceladas finas y rápidas. En primer plano, en color tierra, detalles de piedras con frotados.