Romain Blanck “Faux raccord”

Una puerta abre mal, un actor desaparece, una toalla cambia de color… nada escapa a la aguda mirada de Michael & Michael, el dúo que detecta las meteduras de pata y los errores de edición. El título de esta exposición, “Faux raccord”, tercera individual del artista Romain Blanck (Düsseldorf, 1995) en la galería, viene de una miniserie web de 2010 emitida en AlloCiné. Con humor y sarcasmo, esta serie nos muestra los errores de continuidad y los anacronismos de varias películas. Los dos personajes en voz en off comparten el mismo nombre de pila, con el que juegan repitiéndolo constantemente en cada episodio. De la misma forma, todos los cuadros de esta exposición comparten el mismo archivo de photoshop como fuente, consistente en escaneados de varios trozos de papel encontrados, en los que personas desconocidas han probado rotuladores y lápices. Este archivo fuente fue el punto de partida de cada cuadro, en el que las mismas formas y líneas se han duplicado, sustituido por otras similares, cubierto por filtros y dado la vuelta de un cuadro a otro, creando un conjunto de falsos gemelos. Mientras que los cuadros “L2+R2” están colocados juntos y no muestran ninguna interrupción en su interior, los dos conjuntos “L1+R5” y “L6+R4” están conectados con partes que no son su pareja perfecta. Como resultado, se aprecian claros “errores”, desde una línea que termina abruptamente en el centro, hasta una forma que se corta por la mitad y no se completa por el otro lado. Por todas partes se percibe una sensación de urgencia, dictada por la repetición de los mismos elementos en varios cuadros, que refuerza la espontaneidad artificial de las obras. El montaje de la serie web utiliza fragmentos de películas para crear chistes y respuestas a las dos voces en off. Del mismo modo, los cuadros parecen editados con pegatinas pintadas que cubren diferentes partes de ellos y sugieren su bidimensionalidad e imagen. Las pegatinas también parecen anacrónicas entre sí, ya que algunas están sacadas directamente de una aplicación de redes sociales, mientras que otras fueron fotografiadas en la ciudad. Todas fueron capturadas con el teléfono del artista en momentos muy diferentes, antes de ser expuestas todas juntas en la superficie del cuadro, luchando por la atención del espectador y consiguiéndolo, incluso cuando están pintadas muy pequeñas.

 

Romain Blanck (Düsseldorf, 1995)

Uno puede reconocer en la pintura de Romain Blanck (Düsseldorf, 1995) algo muy familiar, pero también algo que falla, como ocurre con la expresión 'false-friend' que advierte que podrías traducir mal una palabra por su similitud formal con nuestro propio idioma. Hay una percepción incierta sobre lo que está sucediendo en su obra, una superposición visual de elementos pictóricos que recuerdan a un garabato realizado a mano alzada en un cuaderno, a una línea en zig-zag para probar un bolígrafo, o al dibujo realizado en la pantalla de un móvil o tablet. Romain Blanck reutiliza para sus pinturas garabatos, líneas efímeras e inadvertidas, formas y dibujos automáticos que todos hacemos y desechamos, a menudo con cierta urgencia, y que él considera aprovechables. Las pinturas se encuentran en el centro de una negociación entre el dibujo protocolario de la reproducción y los cambios que se producen durante el proceso, dando lugar a numerosas marcas en la superficie, en tensión con el frío plano que aparece a primera vista. Son pinturas que responden a situaciones encontradas, a líneas específicas observadas de las que el autor se apropia pero, al mismo tiempo, también responden a los gestos mecánicos que todos hacemos, que el mismo artista hace a diario. Su trabajo estudia la idea de traducir elementos encontrados que considera aptos, como la música libre de derechos. Cada intervención en el lienzo existe de forma autónoma, dando lugar así a una sucesión de actos pictóricos. Esta progresión no tiende realmente hacia un final sino que cada pintura podría continuar indefinidamente. Las obras se presentan más 'detenidas' en el tiempo que 'finalizadas', lo cual no significa que sean reelaboradas sino que marcan un momento de parón en la sucesión de los actos pictóricos.