Obra compuesta por 15 circuitos electrónicos sonoros fotosensibles y 15 tubos resonadores afinados cuyo tamaño va desde 90 cm, el menor, hasta 400 cm, el mayor. Los tubos se disponen en el suelo configurando una doble espiral (ver las fotos). Esta disposición es obligada por motivos musicales, pues de este modo se producen acordes por superposición de terceras en cada una de las ramas de la espiral y a la vez se evitan las disonancias musicales.
La obra capta la presencia y movimientos del espectador y vierte a su paso sonidos de agua, pero transformados por sus grandes caños (tubos resonadores afinados) en notas musicales graves y muy graves. De este modo la escultura transforma los gestos y movimientos del espectador en una "sinfonía de agua". Sinfonía que es siempre distinta pues depende de lo que en cada momento haga el espectador o los espectadores que la contemplan.