Obra compuesta por 10 circuitos electrónicos sonoros fotosensibles y 10 tubos resonadores afinados que se cuelgan en la pared con una separación entre ellos que corresponde al ancho medio del cuerpo humano (unos 55 cm).
La obra "ve" los gestos y movimientos del espectador y vierte a su paso sonidos de agua, pero transformados por sus caños (tubos resonadores afinados) en notas musicales. De este modo la escultura transforma los gestos y movimientos del espectador en melodías y armonías con sonidos de agua. El resultado sonoro es una "Sinfonía" de agua que es siempre distinto pues depende de lo que en cada momento haga el espectador o los espectadores que la contemplan.