La obra de Elisa Pardo Puch (Madrid, 1988) toma elementos y formas extraídos de experiencias personales, emociones y situaciones cotidianas. A través de la repetición y de la unión de fragmentos va generando piezas que tienen que ver con el deseo, los recuerdos o vivencias. La artista trabaja con técnicas que le permiten proceder de forma intuitiva, repetitiva y meticulosa -como el dibujo o la costura- y utiliza la tensión entre elementos industriales y procedimientos artesanales.
A través de diferentes formatos, explora el potencial de los materiales desechables y pobres para pensar y crear desde sus propias connotaciones, invirtiendo o desactivando ciertas asociaciones automáticas entre el material, su uso y su deseabilidad. Así, Pardo Puch busca y amplía esos momentos de repetición, de insistencia, que a menudo se producen con el uso de la geometría. La cuadrícula, la línea cuidada, la perspectiva medida y exacta son habituales en su obra. En estos procesos físicos, en el trance de su propio hacer, Pardo Puch encuentra una distancia ensimismada donde surgen las ideas, concibiendo el propio proceso como una forma de canalización.